Este fin de semana nos enfrentamos a un firme candidato al ascenso de la categoría, y si bien, como era de esperar, el encuentro se saldó con derrota, no se solucionó por la vía rápida y tuvieron que hincar codos para llevarse el gato al agua.
Y es que incluso nuestro flamante debutante Germán vendió cara su derrota, y no rindió su Rey hasta pasada la hora y media de juego, lo que muestra su nivel de implicación con el juego y no podemos tener más que palabras de ánimo para él: ¡sigue así!
Poco después siguieron las derrotas de Enrique, que se estrenaba esta temporada, y Ramón, cuyo rival lo superaba en unos 300 puntos de ELO; la cuarta llegó con Eusebio, que no obstante va encontrando su juego esta temporada.
Las cuatro partidas restantes llamaban al optimismo, si bien el rodaje, la diferencia de ELO y los apuros de tiempo evitaron un resultado más maquillado. Antonio cometió un error que le costó Dama y partida, una lástima porque llevó a una posición complicada a un jugador joven en progresión; por mi parte, fue incapaz de materializar mi ventaja en un final de torres con peón de ventaja y acabé entablando la partida. Casi al tiempo que firmaba la planilla, José consiguió sus tablas ante la negativa del rival a cambiar Damas: jaque continuo y punto del honor para el equipo.
La última partida de la tarde fue un auténtico show no apto para cardiacos: pasadas las 3 horas de juego y con claros apuros de tiempo por ambos jugadores: Ricardo pasó de tener la partida ganada a perdida, llevándola a una posición de tablas y finalmente perdiendola en otro final de Torres, esta vez con Peón de desventaja; una vez cambiadas las Torres, no se pudo arañar ese medio punto tan merecido. No dejen pasar la ocasión de revivir esos últimos 10 minutos: no tienen desperdicio.
En conclusión, una auténtica pena porque visitamos a uno de los favoritos sin pretensiones y acabamos desarrollando unas partidas realmente buenas, que no hacen sino confirmar la profecía de la semana pasada: estamos yendo de menos a más. ¡Sigamos así!
Y es que incluso nuestro flamante debutante Germán vendió cara su derrota, y no rindió su Rey hasta pasada la hora y media de juego, lo que muestra su nivel de implicación con el juego y no podemos tener más que palabras de ánimo para él: ¡sigue así!
Poco después siguieron las derrotas de Enrique, que se estrenaba esta temporada, y Ramón, cuyo rival lo superaba en unos 300 puntos de ELO; la cuarta llegó con Eusebio, que no obstante va encontrando su juego esta temporada.
Las cuatro partidas restantes llamaban al optimismo, si bien el rodaje, la diferencia de ELO y los apuros de tiempo evitaron un resultado más maquillado. Antonio cometió un error que le costó Dama y partida, una lástima porque llevó a una posición complicada a un jugador joven en progresión; por mi parte, fue incapaz de materializar mi ventaja en un final de torres con peón de ventaja y acabé entablando la partida. Casi al tiempo que firmaba la planilla, José consiguió sus tablas ante la negativa del rival a cambiar Damas: jaque continuo y punto del honor para el equipo.
La última partida de la tarde fue un auténtico show no apto para cardiacos: pasadas las 3 horas de juego y con claros apuros de tiempo por ambos jugadores: Ricardo pasó de tener la partida ganada a perdida, llevándola a una posición de tablas y finalmente perdiendola en otro final de Torres, esta vez con Peón de desventaja; una vez cambiadas las Torres, no se pudo arañar ese medio punto tan merecido. No dejen pasar la ocasión de revivir esos últimos 10 minutos: no tienen desperdicio.
En conclusión, una auténtica pena porque visitamos a uno de los favoritos sin pretensiones y acabamos desarrollando unas partidas realmente buenas, que no hacen sino confirmar la profecía de la semana pasada: estamos yendo de menos a más. ¡Sigamos así!
Crónica cortesía de Jaime Gomar.